Tener una mascota en casa es una experiencia que aporta numerosos beneficios a todos los miembros de la familia. Además del cariño y la compañía que nos dan, está demostrado que las personas que tienen mascotas son más felices, se enferman menos, son más resistentes a las alergias, mejoran sus relaciones sociales, hacen más ejercicio y tienen el corazón más saludable. A pesar de todas esas cosas positivas hay que tener en cuenta que una mascota supone una carga de responsabilidad por eso es que los consejos que encontrarás a continuación te ayudarán a educar a tu nuevo amigo y a preparar tu casa para recibirlo, conservando un hogar limpio y ordenado.
Su refugio
Reserva un espacio para la nueva mascota y prepáralo con una cómoda y suave cama o un mueble y enséñale a que este es el único que se le permite utilizar. Cubre la cama con una funda de algún material lavable como el cuero o el vinilo, que son fáciles de limpiar. No lo pongas en la pieza si no quieres que se suba a la cama.
Muéstrale cuál es su lugar
Acostumbra a tu mascota a estar en su cama y no en los muebles. Comienza con una correa atada a la pata de una mesa, que no le permita alejarse de su lugar y siéntate en una silla o sillón cercano para hacerle compañía. Mientras, dale algo emocionante para que lo mastique y se distraiga, como un juguete de peluche o un hueso de cuero. Si tienes un gato, puedes dejarle una bola de lana o de papel para que juegue con ella. Las mascotas, si tienen una alternativa atractiva, son mucho más propensas a mantenerse alejadas de los muebles.
Introdúcela poco a poco en el resto de la casa
Hasta que tu mascota aprenda las reglas de la casa, no la dejes entrar a las habitaciones con sillones, camas o cualquier otro mueble que no quieras que toque sin tu aprobación. Introdúcela poco a poco en esas habitaciones y prepárate para desanimarla, suave pero persistentemente, sobre todo cuando intente saltar encima de los muebles. Usa una correa corta y si intenta saltar al sillón, contrólala con la correa y aléjala con delicadeza. Asegúrate de que tu mascota hace por lo menos 30 minutos de ejercicio al día, pues un animal cansado es menos propenso a destruir cosas.
Solo en casa
Cuando dejes a tu mascota sola en casa usa cajas o una reja para evitar que ande libremente por la casa hasta que tenga implantados los modales adecuados. Dale muchos juguetes para que los mastique o un trozo de madera para que el gatito lo arañe.
Sus necesidades básicas
Elige un lugar fijo en el que poner sus platos, preferiblemente que no sea en la cocina, pues ahí la higiene debe ser máxima. Puedes poner un mantel absorbente para facilitar la limpieza. Para los gatos, reserva un rincón en el que poner su caja con arena o piedritas específica y recuerda que debes cambiarla al menos una vez al día. Lava frecuentemente la ropa de cama de tu mascota y utiliza un rodillo para eliminar las pelusas.
Su higiene
Baña a tu mascota una vez al mes con un shampoo especial; una mayor frecuencia podría dañar su manto protector. Sécalo con una toalla y aire caliente para evitar olores. Cepíllalo regularmente para eliminar la piel muerta y evitar que las pelusas invadan tu casa y recórtale las uñas para impedir que se las afile en los muebles. También es aconsejable que cortes el pelo próximo a su parte inferior para evitar que se le peguen restos de comida o suciedad. Por último, límpiale la boca y las patas después de las comidas (dispones de juguetes comestibles que les limpian los dientes y combaten el mal olor bucal).
Los olores
Si tu mascota es de pelos largos y es propenso a desprender un olor fuerte, puedes espolvorear su pelaje con un poco de bicarbonato o cepillarlo utilizando una solución de vinagre de manzana y agua.
Paredes
Utiliza pinturas o papeles murales lavables en las paredes de las habitaciones en las que tu mascota pueda salpicar saliva. Evita las paredes de tela o revestimientos delicados en la parte inferior de los tabiques a los que tu gato pueda llegar y rascar para afilarse las uñas. Ponle un rascador que pueda usar.
Los suelos
Di NO a las alfombras difíciles de limpiar, especialmente en las primeras etapas en las que pueden empaparse de orina, la cual es casi imposible de eliminar. Si tienes alfombras orientales de vegetales teñidos, guárdalas hasta que tu mascota esté totalmente domesticada, que suele ser a partir de los ocho meses. Si tienes parquet de madera, séllalo con poliuretano para evitar que se impregne de malos olores.
Cortinas
Evita cortinas adornadas y cordones largos que puedan suponer un riesgo de estrangulamiento. Si una mascota se ve atrapado en cualquiera de estos, podría entrar en pánico, arrastrar y botar los objetos de su alrededor.
Si te has decidido a incorporar una mascota en tu casa, recurre a la adopción. Hay demasiados animalitos abandonados que están buscando dueño…
Fuente del artículo: Habitíssimo